Después de más de una década trabajando en la gestión de servicios de campo — incluyendo años en una gran empresa de dispositivos médicos que utilizaba uno de los nombres más grandes en CRM — Angie se unió a nuestro equipo en Wello.
Con una profunda experiencia de primera mano como despachadora y miembro del equipo de soporte técnico, conocía las dificultades diarias: sistemas demasiado complicados, herramientas móviles que realmente no funcionan en el campo, visitas repetidas a los sitios debido a ineficiencias del sistema y el impacto emocional en los técnicos.
Por eso, su opinión es tan importante para nosotros. Ha visto la diferencia entre configuraciones complejas y costosas y una herramienta diseñada específicamente para los FSEs — y ahora, comparte cómo Wello se compara.
Aquí está la historia completa de Angie 👇
En mi antiguo trabajo en el equipo de soporte técnico de una gran empresa de dispositivos médicos, gestionaba un promedio de diez órdenes de intervención complejas al día. Todo se gestionaba a través de un CRM de primer nivel, en el que la empresa había invertido una gran cantidad, con años de consultoría para adaptarlo a nuestras necesidades. No tengo dudas de que fue una inversión costosa. Aunque el sistema me resultaba relativamente fácil de usar, sabía que mis compañeros FSE (Field Service Engineers) tenían dificultades.
Y, sin embargo, contaban con todas las herramientas necesarias: aplicaciones móviles, tabletas, ordenadores portátiles, coches con sistemas de navegación, y un amplio conocimiento del cliente. A pesar de todo esto, casi cada orden de intervención requería un esfuerzo adicional, ya fuera de su parte, de la nuestra, o de ambas. La mayoría de las veces, nos llamaban, no porque faltara información, sino porque el sistema era demasiado complicado de usar cuando estaban en movimiento. Esto provocaba errores que podrían haberse evitado, lo que obligaba a los FSE a regresar al sitio del cliente, aumentando los costos de intervención.
También había un lado humano que no se podía ignorar. Como encargada de asignar tareas, escuchaba todo el día la frustración de mis compañeros en el campo. Su trabajo era realmente complejo y estresante, y los entendía perfectamente.
Y luego estaban nuestros clientes, que no dejaban de contactarnos para solicitar informes de intervención, facturas, y otras cosas más…